viernes, 17 de diciembre de 2010

Aullido Oscuro

Levantar la mirada nubla mis pensamientos y lo único que recuerdo es cuando todo empezó. Aquella Luna llena, aquel fatídico enero y el aullido mortal que llenaría mi vida de un día a otro. Esa noche de Invierno, ese extraño festejo y el extraño suceso que un año después aun no logro olvidar.

La noche se había cernido hace seis horas, pero el sonido del rock perduraba en aquel lugar conocido como mi casa. Me levante del sillón con una sola intención, subirle al volumen de aquella gran canción. Grandes audífonos Koss, buena música de Rush, cuando un aullido todo arruino. Piel de gallina, bajo un suéter amarillo. Un impresionante silencio, un aullido gigantesco y un horrible tropiezo. Me dejaron en el borde de la puerta donde por alguna razón no me pude mover.

Vivo, si es que todavía se puede decir así, en una casa de tres pisos. En el primero se encuentra una cocina, un comedor y una sala. Tomando unas escaleras en medio de la casa llegamos a un segundo piso en el cual hay tres recamaras y dos amplios baños, en este es donde todo sucedió.

Quede tirado en la entrada al primer cuarto, esto implicaba que había volado al menos unos metros. El cuarto normalmente blanco y cuidado, era una serie de manchas rojizas. Sangre salpicada por todas partes y pedazos de vidrio por todo el lugar.

Desde la puerta es imposible ver la cama, por lo mismo en ese cuarto siempre hubo un espejo colgado en la pared desde el cual se veía la cama y desde esta el pasillo. Con miedo a mirar pero sin poder hacer otra cosa. Vi aquella figura, ensimismada, ensimismada con el cuerpo de mi mama. Absorbiendo la vida de aquel cuerpo, como si tan solo fuera una fuente de alimento.

Gritos en la oscuridad, oscurecieron el masticar. Cuando la criatura volteo, mis ojos encontró y el cuerpo, sin vida, aventó. Corrí y tropecé, a mi pierna un mordisco le dio,  con una silla la golpee y creo que la asuste. Se volteo y huyo.

Desperté días después, en el mismo lugar en el que había caído. La luz daña mis ojos, pero en la oscuridad veo como nunca antes lo hice. El oro daña mis manos, pero la plata no me hace nada. En un mes es mi aniversario, espero que mi padre regrese. Desde aquella Luna llena, desde aquella fatídica noche, el esta perdido y espero algún día encontrarlo.

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