martes, 14 de diciembre de 2010

El Bar

Ojos cafés me esperan al lado de la barra, son aquellos ojos que tanto soñé. Lindas cejas morenas los adornan y cada vez me pierdo mas en su ser. Mi mente esta perdida, sí camino, tal vez, me caeré. Sus orejas ocultas, por un hermoso cabello de aquel color con el que me ilusione. Aquella boquita tan linda, porque no la vi primero, pero lo mas impresionante es la bonita nariz. De aquella mujer estoy enamorado, mi cuerpo, mi mente y mi corazón, están perdidos en tal belleza.

Es la ironía de la ocasión, la desilusión del momento. Mis pies, inmóviles, clavados al suelo, sin libertad de movimiento. Lucho contra ellos mas no puedo moverlos. Petrificado mi cuerpo y aquel ángel en la barra. Veo su bebida, transparente, su mano se acomoda el pelo detrás de la oreja en movimiento esplendoroso y veo aquella oreja hermosa, también. Mis pies de hierro, al fin logro moverlos. Mis manos a gelatina se asemejan y hasta el desierto empaparían. Tomo un trago y después otro, quizás así mis pies aflojen.

Me siento agobiado, el alcohol en nada ha ayudado. La veo, mas no me muevo, cuando alguien mas se acerca a ella. Pensamientos nublan mi mente y mi corazón, flechado, se entristece ante la escena cuando ella mágicamente lo ignora y echa a un lado. Me maravillo rápidamente y con ello respiro. ¿Será mía algún día? Sus manos se mueven y como toma aquellos vasos haciendo de cada acción una belleza. ¿Dos vasos? Mi corazón se vuelca una vez mas, si esto sigue así no podré soportarlo más.

Se voltea y camina, botas de cuero, le dan vuelo. Mi mente continua y no puedo evitarlo, no se como manejarlo. Quizás no sea mi futuro, a lo mejor, es de alguien más. Su caminar hermoso la brinda a mi. ¿No puede ser o sí? De pronto se desvía y a alguien saluda de beso en la mejilla. Yo, aturdido, sentado en una silla, observo la escena y deseo que algún día ella venga a mi. Termina su saludo y no puedo observar mas. Bajo la mirada a aquel vaso de agua, vacío.

De pronto siento alguien cerca de mi y una mano toca mi hombro, levanto la cabeza. Mis ojos, vidriosos, llenos de lagrimas, no puedo ver a la persona que me besa. Las lagrimas me nublan hasta que una suave mano las limpia de mi. “¿Que paso, mi amor?” pregunta con una tierna voz. ¿Amor? pienso y parpadeo. Al fin puedo ver, y al fin se encuentra ante mi. Que es esta grata sorpresa, mas un despertar. Que es esta hermosura que se encuentra ante mi. ¿Será mi novia acaso?  O una broma mas de mis amigos, recuerdo los últimos días, los meses pasados y a ella siempre a mi lado.

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