domingo, 22 de abril de 2012

Sueños

Odio esas noches de insomnio, en las que uno en verdad quiere dormir mas el cuerpo no lo deja. Aquellas noches donde si tan solo el techo estuviera lleno de estrellas o hubiera una gran canción en el estéreo todo seria diferente. Aquellas noches donde uno da una vuelta tras otra y parece que la cama es ya un cuerpo caliente y húmedo donde ni si quiera se antoja dormir. Son aquellos noches en las que surgen las mejores historias.

Aquellas historias de caballeros y dragones, de hombres lobo y vampiros, las historias con las que todos soñamos. Las que tienen ese pequeño dote de heroísmo que a todos nos gustaría tener. Son esas historias las que nos llevan a prometernos el lograr nuestros sueños. El decirnos a nosotros mismos el día de mañana lo haré, mientras tanto a dormir.

Y tarde o temprano nos llega el sueño, cerramos los ojos y los abrimos de nuevo unas horas después con impresionantes imágenes antes ante nosotros. Nuestros mas impresionantes sueños recién esfumados de entre nuestras manos. Aquellos sueños donde lo tenemos todo, donde todo se aparece y todo absolutamente todo es nuestro.

Pero de pronto nos paramos a un nuevo día y todo lo que pasó la noche anterior, incluso todos nuestros sueños se esfuman por debajo de nuestras narices y aquello que era nuestro no lo es mas. Solo recordamos algunas cosas, pero aquellas que recordamos son las que verdaderamente importan.

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